"Toda
persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a
regresar a su país" artículo
13 (2) de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Muchos
migrantes[1]
salen de su país por razones económicas. Algunos van en busca de mejores
perspectivas socioeconómicas y aspiran a trabajar en el exterior. Otros
enfrentan la extrema pobreza en su país de origen y no ven otra alternativa que
emigrar para sobrevivir. Algunos migrantes trabajan legalmente mientras que
otros carecen de permiso de trabajo y son empleados en la economía informal.
La
pobreza y la incapacidad de ganar o producir suficiente para la propia
subsistencia o de la familia son las principales razones detrás del
movimiento de personas de un Estado a otro en busca de trabajo. Estas razones
no sólo caracterizan la migración de Estados pobres a ricos; la pobreza
alimenta también los movimientos de países en desarrollo hacia otros países
donde las perspectivas de trabajo parecen, al menos desde la distancia, mejores
(Naciones Unidas, 1996) .
Los
migrantes se desplazan no sólo para ayudarse a sí mismos sino también para
ayudar a sus familias; enviando dinero a su país permiten a sus familiares
llevar una vida mejor[2].
Existen
otras razones por las cuales se explica la salida de un nacional hacia el
extranjero en busca de una mejor calidad de vida, entre estas están:
1. *La
Guerra en el País en el cual se reside.
2. * Los
conflictos civiles.
3. * La
inseguridad o la falta de seguridad ciudadana.
4. *La
persecución derivada de la discriminación por motivos de raza, origen étnico,
color, religión, idioma u opiniones políticas.
5. *Crisis política y socio-económica.
Los
países receptores también pueden tener razones para acoger migrantes. Su
presencia y trabajo son necesarios debido a deficientes en su fuerza laboral y
a la negativa de los trabajadores nativos a desempeñar trabajos específicos:
esto concierne particularmente a los trabajos "sucios, difíciles y
peligrosos" (conocidos en inglés como "3D
jobs: dirty, demanding and dangerous"), tales como los del sector de
la construcción o de los servicios domésticos, los cuales son a menudo
realizados por migrantes en todas partes. La mayoría de los países industrializados
son, por ende, económicamente dependientes de los trabajadores migratorios. En
países como Suiza, los migrantes representan casi el 20 por ciento de la fuerza
laboral, este porcentaje se eleva a 61 en Luxemburgo.
Los
migrantes internacionales tienen mucha importancia teniendo en cuenta la
disminución de la tasa de nacimiento en muchas naciones desarrolladas. Por
ejemplo, entre 1995 y 2000, los inmigrantes contribuyeron de forma
significativa a la población de Austria,
Dinamarca, España, Grecia, Italia, Luxemburgo y Suiza, donde han por lo menos
triplicado la tasa de crecimiento demográfico natural.
¿Por qué son vulnerables los migrantes?
Todos
los migrantes tienen una característica en común: viven y trabajan en un país
del cual no son nacionales. Por consiguiente, enfrentan el desafío de
adaptarse a una sociedad que no es la
suya y que podría rechazarlos[3].
Más aún, como no-ciudadanos, usualmente gozan de menos derechos que la
población nativa. Ellos sufren directamente de la idea tan difundida que afirma
que los migrantes no tienen derecho a la protección total de la legislación
relativa a los derechos humanos: esta es una idea fundamentalmente errónea
desde una perspectiva de derechos humanos y contribuye al difícil acceso de los
migrantes a la protección y bienestar social. Por todo lo anterior, los
migrantes son un grupo altamente vulnerable. Frecuentemente sufren de varias
formas de explotación y de abusos serios de sus derechos humanos y de su
dignidad.
Los
trabajadores migratorios son extranjeros, sólo por esta razón pueden despertar
sospechas u hostilidades en las comunidades donde viven y trabajan. En la
mayoría de los casos son económicamente pobres y comparten los problemas
económicos, sociales y culturales de los grupos menos favorecidos de la
sociedad del Estado que los acoge. La discriminación contra los trabajadores
migratorios en la esfera del empleo adopta muchas formas; por ejemplo,
exclusiones o preferencias respecto al tipo de trabajo que pueden desempeñar y
dificultad de acceso a la formación profesional. Con frecuencia se aplican
normas diferentes a los nacionales y a los inmigrantes en lo que se refiere a
la estabilidad en el puesto, y en algunos contratos los inmigrantes queden
privados de ciertas ventajas.
La Convención Internacional sobre la
Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus
Familiares
"Como
comunidad internacional, debemos gestionar las circulación de personas a través
de la fronteras mucho mejor de lo que lo estamos haciendo, no sólo en interés
de quienes se trasladan, sino también en interés de los países que dejan atrás,
los países que atraviesan y los países a los que migran" Kofi Annan, Secretario
General de la ONU.
La
Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los
trabajadores migratorios y de sus familiares entró en vigor el 1° de julio de
2003, tras haber sido ratificada por un mínimo de 20 países en marzo de 2003.
Actualmente, se estima que el número de migrantes
internacionales oscila entre 185 y
192 millones. La migración internacional se ha convertido en una característica
intrínseca de la globalización.
La
Convención de las Naciones Unidas constituye un tratado internacional
exhaustivo con respecto a la protección de los derechos de los trabajadores
migratorios. La Convención hace énfasis
en la conexión entre migración y derechos humanos, la cual se convierte cada
vez más en un asunto político crucial de interés mundial. La Convención tiene
como meta proteger a los trabajadores migratorios y a sus familiares; su
existencia establece normas éticas y sirve como guía y estímulo para la
promoción de los derechos de los
migrantes en cada país.
El
principal objetivo de la Convención es fomentar el respeto de los derechos
humanos de los migrantes. Los migrantes no son solamente trabajadores, son
también seres humanos.
La
Convención no crea nuevos derechos para los migrantes sino que busca garantizar
el trato igualitario y las mismas condiciones laborales para mi migrantes y
nacionales, lo que implica notablemente:
1. *Prevenir
condiciones de vida y de trabajos inhumanos, abuso físico y sexual y trato
degradante (artículos 10-11, 25, 54). el párrafo 1 del artículo 25 de la
Convención establece que los trabajadores migratorios gozaran de un trato que no sea menos favorables que
el que reciben los nacionales del Estado de empleo en lo tocante a la
remuneración y a otras condiciones de trabajo y empleo. En el párrafo 3 de ese
mismo artículo se insta a los Estados partes a que adopten todas las medidas
adecuadas para asegurar que los trabajadores migratorios no se vean privados de
ninguno de esos derechos.
2. *Garantizar
los derechos de los migrantes a la libertad de pensamiento, de expresión y de
religión (artículos 12-13).
3. *Garantizar
a los migrantes el acceso a la información sobre sus derechos (artículos 33,
37).
4. *Asegurar
su derecho a la igualdad ante la ley, lo cual implica que los migrantes estén
sujetos a los debidos procedimientos, que tengan acceso a intérpretes, y que no
sean sentenciados a penas desproporcionadas como la expulsión (artículos 16-20,
22).
5. *Garantizar
a los migrantes el acceso a los servicios educativos y sociales (artículos
27-28, 30, 43-45, 54).
6. *Asegurar
que los migrantes tengan derecho a participar en sindicatos (artículo 26, 40).
La
Convención también sostiene que los migrantes deben tener derecho a mantener
contacto con su país de origen, lo que implica:
1. Asegurar
que los migrantes puedan regresar a su país de origen si así lo desean,
permitirles efectuar visitas ocasionales e incitarlos a mantener lazos
culturales (artículos 8, 31, 38).
2. Garantizar
la participación política de los migrantes en el país de origen (artículos
41-42).
3. Asegurar
el derecho de los migrantes a transferir sus ingresos a su país de origen (artículos
32, 46-48).
Documentados o indocumentados, todos los migrantes
tienen derecho a un grado mínimo de protección.
La
Convención reconoce que los migrantes legales se benefician de la legitimidad
para reclamar más derechos que los migrantes indocumentados, pero enfatiza que
a estos últimos, tal y como cualquier ser humano, se les debe respetar sus
derechos humanos fundamentales.
La
Convención requería de un mínimo de 20 ratificaciones antes de poder entrar en
vigor. Cuando El Salvador y Guatemala la ratificaron el 14 de marzo de 2003,
esta condición se cumplió. Los 34 Estados que han ratificado la Convención
hasta octubre de 2005 se listan a continuación:
Egipto,
Marruecos, Seychelles, Colombia, Filipinas, Uganda, Bosnia y Herzegovina, Sri
Lanka, Cabo Verde, Azerbaiyán, México, Senegal, Bolivia, Ghana, Guinea, Belice,
Uruguay, Ecuador, Tayikistán, Burkina Faso, El Salvador, Guatemala, Kirguistán,
Malí, Libia, Timor del Este, Turquía, Argelia, Chile, Honduras, Lesotho, Siria,
Perú, Nicaragua.
La
ratificación de la convención por parte de un Estado significa que la rama
legislativa o creadora de leyes del gobierno de dicho Estado adopta la
Convención y se compromete a incorporarla en sus propias leyes nacionales.
La
adopción de una convención por la Asamblea General de las Naciones Unidas no
supone en sí misma un compromiso obligatorio para Estados individuales. Estos
se comprometen una vez han ratificado la convención. Por esta razón la
Convención sobre los Derechos de los Migrantes tiene aún un impacto limitado,
ya que la mayoría de Estados aún no la han ratificado.
Ningún
Estado occidental receptor de migrantes ha ratificado la Convención, a pesar de
que la mayoría de los migrantes viven en Europa y Norteamérica. Otros
importantes países receptores, como Australia, Estado del Golfo e India,
Tampoco han ratificado la Convención.
Para
más información consultar:
[1] Los
llamados migrantes internacionales son aquellas personas que viven temporal o
permanentemente en un país del cual no son nacionales. El término
"migrante" se refiere a los casos en los que la decisión de emigrar
ha sido tomada libremente por el individuo en cuestión, sin la intervención de
factores externos. Por lo mismo, los migrantes se diferencian de los refugiados
y solicitantes de asilo.
[2] Las
remesas son sumas de dinero ganadas por los migrantes que son remitidas a sus
países de origen. Para los países en desarrollo en particular, las remesas
representan una proporción significativa de los flujos financieros globales,
siendo significativamente más importantes que la asistencia oficial para el
desarrollo y que los flujos de mercado de capital; y representan más de la
mitad de la inversión extranjera directa.
[3] Es importante obtener un conocimiento básico
del idioma, la cultura y las estructuras jurídicas, sociales y políticas del
Estado (País, Nación) hacia donde se pretende inmigrar.